martes, 25 de agosto de 2009

Imitadores

Anoche leí que una británica se ha sometido a 51 operaciones quirúrgicas para parecerse a Nefertiti, por creerse además su reencarnación. Teniendo en cuenta que no se guardan fotografías de la reina egipcia sino sólo el busto que se expone en Berlín, en el Museo Egipcio, me pregunto que qué es lo que busca la desdichada.

El busto tiene algo especial y reconozco que en muchas de mis visitas a Berlín he tenido que volver a verlo siempre, al igual que me ocurre con el Altar de Pérgamo. Pero la noticia me causa pavor. Al busto le falta un ojo, un trozo de la oreja, el cuello es de una longitud no humana, eso sí, largo y estilizado. Le quedan unas cuantas operaciones a la imitadora... Y si consigue ser igual, se sentirá realizada plenamente, y en Egipto le han prometido una visita oficial al lugar donde vivió Nefertiti.

Yo me conformo con verla en Berlín y no creo que nadie, con ver a su "doble" de carne y hueso por la calle, piense en un instante que está viendo a la reencarnación de Nefertiti. A lo que llega la locura humana. Es imposible imitar el arte sin ser arte.

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